El carmín se usaba incluso en antiguas civilizaciones mesoamericanas. Aztecas y mayas recolectaban insectos cochinilla para obtener colorante rojo brillante.
Después de la conquista de México, españoles llevaron carmín a Europa, donde se volvió extremadamente valioso - comparable en precio al oro.
En el siglo XIX, con el desarrollo de colorantes sintéticos, la popularidad del carmín declinó, pero a fines del siglo XX, con creciente demanda de productos naturales, está nuevamente en demanda.
Hoy Perú es el mayor productor de carmín, proporcionando 95% de producción mundial.